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1. La validación externa no es el valor per se de tu trabajo

Recuerda que estamos en una época muy competitiva en donde la forma en la que funcionan las becas, fondos y premios es sistematizando y catalogando en disciplinas el trabajo creativo. A veces no hay cabida para aquello que no está dentro de esas categorías, pero no quiere decir que no sea valioso.

 

2. No te subestimes, el piso es más parejo para todxs cuando sabemos exigir lo que nos corresponde

Todxs tenemos esa voz autocrítica que nos guía en el hacer, está bien tenerla ya que nos impulsa a mejorar, pero no dejes que esa misma voz menosprecie tu trabajo. Esto hará que no solo le des lugar a tu esfuerzo, si no que creará exigencias en común que ayudarán a más personas en este mundo precario.  

 

3. Sé consciente de que trabajamos en red

Independientemente de lo que producimos, es importante ser justo y empático con cada vínculo. Sé recíproco. Si estás exigiendo un pago digno haz lo mismo por el otro. No por ser amigos dejamos de otorgar valor a nuestro trabajo.

 

4. Aunque todo parezca cíclico, todo está en circulación

En realidad no estás en el mismo lugar, con el tiempo has desarrollado herramientas que sutilmente se han incorporado en tu vida. 

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5. Aprendamos a habitar la  incertidumbre

Hay más dudas que certezas, por lo que es vital dialogar con la indecisión, la incoherencia, lo ilógico, y lo incompleto. No siempre lo más racional es lo correcto. Deforma esa voz colonizadora y patriarcal que busca racionalizar cada aspecto. 

 

 

6. No olvido que quienes crean tienen cuerpo

Recuerda que lo que sostiene esta producción exacerbada es en realidad un cuerpo que se agota, resiste, enferma y duele. Tener esto como perspectiva ayuda a priorizar, escuchar tu cuerpo y el de al lado antes de alienarte y exigir un ritmo más perteneciente al de una máquina. 

 

7. Que el trauma no te guíe como persona 

Cada herida implica un largo proceso, qué mejor si el arte te ayuda a sanar. Sin embargo, no dejes que esta narrativa sea lo único que te defina como persona, hay que aprender a salir del papel de víctima para que no se convierta en algo solipsista. Que el trauma no te traume. 

 

8. Cuestiona y reconoce la envidia que generas hacia el otrx

¿Estás diluyendo el reconocimiento del otrx por alguna razón que genera sospechas? Ten cuidado, a veces somos aquello que repudiamos. Si este medio se siente competitivo, la envidia es un factor central de ello. 

 

9. Que tu súper yo sea un impulso y no un arrastre

Hay un tiempo continuamente aplazado entre lo que sabes que puedes generar en tu mayor resplandor y lo que está en tus posibilidades en este momento. No hay prisa para compartir tus mejores ideas, sin embargo, aprende a darles un tiempo sano, ya que muchas veces tienden a caducar y a hacerte volver al ciclo del sabotaje interno.

 

10. El gusto por hacer no compensa la autoexplotación 

La figura del explotador siempre se aprovechará de alguien entusiasta, por lo que es importante aprender a decir “no” cuando sobrepasas tu capacidad, ningún proyecto es “el” proyecto.

 

11. Mide tus fuerzas o pasa la estafeta

Sé consciente de tus capacidades y reconoce cuando puedes compartir las oportunidades de trabajo con alguien que es adecuado para ello. 

 

12. Reflexiona el origen de tu autocensura 

¿Cuántas veces has desechado un proyecto o una idea que te emocionaba mucho al principio? Es necesario encontrar el equilibrio con la figura crítica que llevamos dentro, no permitas que esa voz te paralice. Darle cabida a lo que no encaja es parte de aceptarnos como seres diversos.   

   

13. Reconoce la elasticidad de tu trabajo, adáptate a discreción 

No es necesario forzarla y manipular tu discurso según los requisitos de la convocatoria. Reconoce hasta dónde se puede estirar tu idea, quizás en otro momento haya un apoyo más adecuado. Hay personas detrás de las convocatorias trabajando por igual, quizás podrías ahorrarles la lectura.

 

14. No somos omnipresentes, sé multifacético sin romperte en mil pedazos

Sería genial participar en todos los proyectos y colaboraciones que deseamos, pero tú y tus proyectos tienen sus propios límites. Cuestiona el origen de tus exigencias y expectativas, ¿el ritmo que te estás imponiendo de dónde viene? ¿Te estás auto explotando? Existe la chance de hacer todo, sólo no al mismo tiempo.

 

15. Intercambia saberes con tus amigxs desde la interseccionalidad

Valora la diversidad de conocimientos que tienes alrededor. Compartir saberes es una de las acciones más generosas que podemos hacer por el otrx y por nuestra comunidad. 

 

16. Siempre habrá alguien a quien no le guste lo que haces

No hay un mundo del arte, hay varios. Cuestiona a quién tratas de complacer, para qué y para quién haces lo que haces. Si llegas a escuchar algún comentario o crítica hacia tu trabajo, no los utilices para denigrarte, aplica tu propio criterio para discernir y tomar lo que te funciona. Recuerda que más allá de lo que haces tienes a tu propia manada, aprende a querer a lo que te quiere.

 

17. Recuerda porqué haces lo que haces

 

Hay momentos donde perdemos el sentido de nuestra existencia y parece que todo está perdido. Recuerda que el camino que ya recorriste vino desde un lugar en tí que se mezcla con tus memorias, afectos y personas a las que amas, no es azarosa tu determinación, recuerda de dónde vinieron tus ganas por hacer.